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3 Consejos prácticos para el mantenimiento de tu guitarra

¡Cuida tu guitarra! En serio, es importante.

Un instrumento musical es una herramienta que tiene múltiples aspectos técnicos que debemos tener presente a la hora de su cuidado. Bien sea que tengas uno puramente acústico o eléctrico, es importante que procures informarte bien sobre su cuidado. En este breve artículo me limitaré a abordar el tema del adecuado mantenimiento de una guitarra, en especial de las guitarras acústicas, comúnmente conocidas como españolas o clásicas.

Cambia las cuerdas

Cambia las cuerdas con regularidad. Las cuerdas viejas afectan la calidad del sonido, y la sensación al tacto puede hacer que sea menos placentero. Dependiendo de la intensidad de tu práctica, es recomendable cambiarlas dos o tres veces al año. Aun cuando no las toques, ten en cuenta que el material (nylon y metal) se vence con el tiempo, más aun si están expuestas al ambiente. Asegúrate de elegir cuerdas de calidad que potencien las cualidades acústicas de tu instrumento.

Limpieza y almacenamiento

La limpieza de tu guitarra también es crucial. Antes de iniciar tu sesión de práctica, asegúrate de hacer un buen lavado de manos. Al concluir tu práctica, limpia las cuerdas y el cuerpo con un paño seco y suave, asegurándote de eliminar bien el sudor y la suciedad.

Si el diapasón es de ébano, es conveniente limpiar muy bien, agregando al paño un poco de aceite de nuez o de limón (de venta en tiendas de Luthería) Esto lo puedes hacer al momento de cambiar las cuerdas. Además es importante almacenar la guitarra en un estuche adecuado para protegerla de posibles golpes, el sol, temperaturas extremas o de la humedad, factores que pueden dañar la madera y afectar la afinación. Un estuche rígido es ideal para mantener el instrumento en condiciones óptimas.

Lo que debes evitar

Acá te dejo una breve lista de supervivencia:

  • Si necesitas hacer un breve descanso durante tu práctica (muy recomendable), asegúrate de dejarla en su estuche, o al menos en un stand para guitarras, de manera que nadie pueda tropezarla.
  • Por favor, ¡no la cuelgues de la pared! Es una costumbre que tenían nuestros abuelos, y aunque parezca muy práctico tenerla al alcance, no es una buena idea mantener la madera expuesta, por las razones que ya he citado antes. La guitarra no es un ornamento, tampoco un mueble.
  • No la prestes, no es por egoísmo. Parecería una obviedad, pero por alguna misteriosa razón, al igual que sucede con los libros, los instrumentos muchas veces no regresan a sus dueños una vez que estos han cometido este atroz error.
  • Aléjala de muebles que estén infectados de termitas. Si bien, las maderas de la guitarra por lo general están debidamente tratadas, podría suceder que a pesar de ello, se contamine.

¿Tienes una reliquia?

¿Heredaste una reliquia? Si es el caso, observa la etiqueta en su interior y toma nota del constructor, año y lugar, y luego investiga en internet, ¡puede que tengas un gran instrumento en tus manos! Si está bien conservada, ha estado bien resguardada, y sobre todo si no ha estado colgada de la pared de casa de tus abuelos, entonces quizá deberías considerar llevarla a un profesional de la luthería para verificar que sea un instrumento de alta gama, y saber si requiere algún ajuste o retoque estético. Investiga si en tu ciudad existe alguno.

El mantenimiento regular de tu instrumento no solo preserva su belleza y mejora la calidad de su sonido, sino que también previene daños que pueden ser costosos de reparar. Siguiendo estos 3 consejos prácticos para el mantenimiento de tu guitarra, podrás disfrutar de tu guitarra durante muchos años, al tiempo que enriquecerás tu experiencia estética musical.

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